Cocina
Conocida también como nanjea, yaca, panapén o jaca, el jackfruit puede presumir de ser considerada la fruta más grande del mundo. Cada fruta puede llegar a pesar de 35 a 50 kilos, pudiendo encontrarse entre 60 y 500 bulbos comestibles en su interior.
El interior de la fruta es de color entre amarillo y naranja, parecido al mango. Su jugo es ligeramente ácido y profundamente dulce, con un sabor que recuerda a la mezcla de mango con naranja además de otros sabores como el plátano, la manzana, la guanabana, la papaya, la piña, aunque tiene un sabor auténtico. A causa de esta peculiar mezcla de sabores se le conoce por locales de Latinoamérica como la fruta con el sabor de todas las frutas.
Casi 400.000 menciones en Instagram bajo el hashtag #jackfruit no hacen más que confirmar que no estamos ante un moda pasajera y que merece la pena detenerse en conocer más en profundidad los beneficios de este alimento en el que, sin duda alguna, su belleza reside en el interior.
Su éxito reciente en países como Estados Unidos se debe a que se trata de una potente alternativa de carne a base de plantas. Al consumirse cuando la pieza es todavía joven e inmadura, absorbe el sabor de cualquier marinado y especia, adquiriendo una textura fibrosa muy similar a la carne tras cocinarse. Por ello, se le denomina “pulled pork” y se preparan con esta fruta platos como tacos y sándwiches de barbacoa. También se utiliza para versiones vegetales de pollo desmenuzado o desmechado, como el propio de enchiladas o durum.
Asimismo, los beneficios de la esta fruta la han convertido en un superalimento gracias a la gran cantidad de nutrientes que aporta su consumo. En primer lugar, posee grandes cantidades de fibra, que ayudan a proteger la membrana mucosa del colon, a tratar úlceras gástricas y trastornos digestivos. También es baja en calorías y grasa y no contiene azúcares. Además, ofrece gran cantidad de minerales útiles para el organismo como el hierro y el calcio.